Desde siempre, mis historias favoritas de Batman han sido las que se centran en lo traumatizado que está. Quizás porque tiene que ver con lo que me dedico a estudiar. Quizás porque soy tremendamente masoca y me gusta sufrir viendo a mi personaje favorito pasándolo mal. Sea cual sea la razón, el hecho es que vivo por y para ellas.
En esta ocasión vengo a hablar de "Batman: la máscara del fantasma", película animada de 1993. No es mi historia favorita absoluta, pero sí mi película favorita del personaje (lo que tampoco es decir mucho porque VALIENTES TRAGEDIAS me han ido lanzando a la cara a lo largo de mi vida). Esta no es una película sobre el superhéroe de turno salvando el día, ni sobre el choque entre dos personas respecto a sus disputas ideológicas o un origen de Batman donde lo ves entrenando hasta convertirse en el OP que acaba siendo. Aquí, se nos permite echar un vistazo a la psique de Bruce Wayne de una manera que ninguna otra película ha sabido o podido.
Pienso dividir esta entrada en dos partes: primero, un resumen por encima del argumento y mi opinión de ella, para después, pasar a un comentario más en detalle del personaje y del simbolismo presente en ciertas escenas. Os recomiendo que si todavía no os la habéis visto, vayáis corriendo a hacerlo. Porque he tomado apuntes mientras la veía y me voy a poner pesadísima y que SPOILERS A FULL, nenes.
Parte I
Un argumento de los míos (cutre): Un mafioso que está siendo perseguido por Batman es asesinado por una figura que se hace llamar "El Ángel de la Muerte". En la escena, unos civiles confunden a Batman como el culpable, lo que desencadena que se convierta en el objetivo de la policía y la opinión pública. Posteriormente nos introducen al personaje de Andrea Beaumont, un amor de juventud de Bruce Wayne, con el que estuvo a punto de casarse. Durante el resto de la película, El Ángel sigue en su persecución a distintos criminales y uno de ellos, acaba acudiendo al Joker en busca de ayuda (un plan que no puede fallar de ninguna manera) (El Joker lo mata ) (shock). En su propia investigación, Batman acaba descubriendo que estos crímenes apuntan todos en dirección de Andrea, quien resulta estar buscando venganza por la muerte de su padre a manos de dichos mafiosos.
El Batman animado de los 90 es una gozada de ver. La forma en la que lo dibujan fusionado con la capa para que al desplazarse le otorgue fluidez a sus movimientos, mientras se mezcla con los callejones oscuros de Gotham haciendo que se transforme en una sombra a mí me tiene loquísima. Es algo que solo se puede hacer en este medio y no me canso nunca de verlo, oye.
En cuanto a personajes, de todos los intereses románticos que han metido inventados en sus películas, Andrea es el único que te logras creer. Algo de especial mérito porque aquí te cuentan que Bruce llegó a renunciar a emprender su cruzada como vigilante por una vida con ella. Aquí esto te lo crees e incluso los apoyas, aunque sabes que va a acabar fatal. Pero es porque Andrea está bien hecha y es un personaje propio que, además, sirve de contraste con el de Bruce. Hay una escena en la que Batman visita a Andrea en su habitación de hotel para interrogarla sobre los chanchullos de la mafia y le pregunta que si sigue las órdenes de su padre y ella le responde con el diss más brutal de la historia: "De la forma en que lo veo, el único en esta habitación que está controlado por sus padres eres tú". O sea, BESTIAL este momento. Get rekt, m8.
Besico en la frente a Mark Hamill por conseguir que yo, alguien que no es fan del Joker, disfrute un montón cada vez que veo al de la versión animada. Tiene lo que parecen no comprender los de las versiones con personas reales (menos el de Heath Ledger que *besico aún más grande para él también*) y es que el Joker tiene que ser intimidante, sí, pero también HACERTE GRACIA.
Parte II
Paso a centrarme en escenas, mensaje y simbolismo y empiezo por este último. Durante uno de los flashback que repasan la relación de Bruce y Andrea, podemos ver una cita en la que visitan una ¿exposición? ¿feria? sobre cómo pensaban que sería la vida en el futuro. En el presente, Joker usa una de las atracciones ¿como casa? ¿despacho? (no aclaran mucho este tema). Este, es el mismo escenario en el que tiene lugar la pelea final entre ambos con el Joker de por medio. Hay un contraste entre el buen estado en el que se encuentra el lugar cuando su relación amorosa era buena, al estado de ruinas en el que está en el presente. Porque no tienen un futuro. Odio esta película.
No he mencionado a Alfred en el apartado sobre personajes secundarios aunque esté, como siempre, a tope de sass británico maravilloso, porque tiene una escena muy importante para el mensaje que intenta transmitir la película sobre quién es Batman. Y sí, tomé nota del discurso entero:
Esta es una idea que se ve reafirmada si te paras a pensar en el contraste entre Andrea, que se ve consumida por la búsqueda de la venganza por la muerte de su padre, y Bruce, que podría hacer lo mismo, pero elige encaminar su dolor sin convertirse en un asesino por el camino. Ambos acaban solos (en teoría, porque aquí Bruce tiene a Alfred, pero ya me entendéis...), pero de maneras muy distintas."La venganza ennegrece el alma, Bruce. Siempre temía que te convirtieras en aquello contra lo que luchas. Caminas por el borde del abismo cada noche, pero nunca has caído en él. Y agradezco al cielo por ello"
Me he guardado el mejor momento para el final. En él, creo que se capta A LA PERFECCIÓN la característica más importante para comprender al personaje de Bruce Wayne. Es esta:
Es por eso que cuando, inevitablemente, lo de tener una relación feliz no funciona, él decide llevar a cabo su promesa, dejando sus posibilidades de una vida normal y corriente. Es en este momento cuando Bruce Wayne se queda al margen (en otras versiones yo podría llegar a decir que Bruce murió el día que murieron sus padres) para dar paso a Batman. Y es tristísimo cuando lo hace. No es un origen de héroe que te haga decir "¡por fin!", ni sentirte realizado cuando le ves ponerse la máscara. Es una tragedia.
En esta escena me maté yo. |
En resumen, las historias que lo tienen de detective pueden llegar a no tener nada que envidiar a novelas negras ("El largo Halloween", un claro ejemplo de esto). Las que lo muestran en un caso extremo de fin del mundo luchando contra la invasión alienígena de turno pues están bien para un día que te apetezca apagar el cerebro y te pida el cuerpo entretenimiento facilón. Pero son, en mi opinión, las historias que se centran en él como persona, las que más se disfrutan.Te acercan al personaje y te permiten pasar del "bueno, pues tiene cachivaches locos y mola" a encariñarte con él una vez un escritor se permite explorar las capas que lo forman como ser humano. Justicia para el Batman sensiblón.
Y que está muy bien verle adoptando 500 hijitos en su particular Batfamilia y abriéndose a ellos aunque sea un poco, hombre ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario